domingo, 22 de abril de 2007

HERCOLUBUS,




CONFERENCIA SOBRE HERCOLOBUS
Quiero referirme en forma enfática al año 1962. Fecha: 4 de febrero. Hora: entre las 2 y 3 de la tarde.
Acaeció un acontecimiento extraordinario, hubo entonces un embotellamiento del tránsito celeste en la constelación maravillosa del Aguador, Esto que estamos afirmando aquí no es algo a priori, sin fundamento alguno, esto que estoy diciendo fue visto por todos los astrónomos del mundo. Desde todos los observatorios de la Tierra se pudo verificar que hubo un eclipse de sol y de luna total. Nadie que tenga conocimiento de astronomía podrá negarlo.
Fue precisamente, en ese día y a esa hora, que se inició la Era de Acuario y todos los planetas del sistema solar se dieron cita en la constelación del Aguador, para el gran concilio cósmico.
Existen muchas tesis sobre la fecha en que la Era de Acuario habría de iniciarse, algunos suponen que fue algunos años antes, otros suponen que fue años después, pero hechos son hechos y ante los hechos tenemos que rendirnos,
El fenómeno cósmico fue visto por todos, repito, por todos los astrónomos del mundo, y a partir de esa fecha la vibración de Acuario se ha intensificado tremendamente.
Cuando nosotros observamos claramente el signo zodiacal de Acuario, podemos evidenciar cosas extraordinarias:
Acuario es casa de Urano y Saturno.
Urano es un planeta revolucionario y controla las glándulas sexuales, es terrible, catastrófico.
Saturno, obviamente nos recuerda al caos, el regreso al punto original de partida.
Frente a la constelación del Aguador encontramos a Leo.
Leo es un signo zodiacal de fuego, revolucionario, tremendo.
Acuario, dominado por el caos, es la muerte. Urano es la revolución. Leo es el fuego universal, abrasador. Obviamente, el León de la Ley sale al encuentro de la humanidad, que ya está madura para el castigo final.
Si nosotros meditamos en estos puntos de vista, llegamos a la conclusión de que los tiempos del fin han llegado y estamos en ellos. Incuestionablemente, nos encontramos en un momento crítico, terrible, difícil.
Innumerables enfermedades aparecen por aquí, por allá y acullá, La Tierra tiembla y se estremece en todos los ámbitos del mundo. Los mares, otrora limpios, se encuentran contaminados; las especies marinas están falleciendo. Los océanos se han convertido en verdaderos basureros.
Los desperdicios atómicos, ciertamente, no tienen lugar seguro donde puedan ser inofensivos. Claro está que tarde o temprano cualquier depósito atómico fallará y vendrá una horrible catástrofe.
La tierra, tan necesaria para los cultivos, se está volviendo estéril. Millones de seres que la pueblan, en un futuro próximo, experimentarán una gran desolación y muchas serán las personas que perecerán por falta de alimento. Guerra y rumores de guerra en todas partes. Enfermedades nunca antes vistas, etc., etc., etc,
La atmósfera se encuentra contaminada. Cuando uno sale de viaje a los campos y mira el azul del cielo, ya no brilla, le falta ese color nítido perfecto de otros tiempos, ahora brilla con un color ligeramente plomizo, verdoso, lo, que indica que la atmósfera ha sido alterada.
No se necesita ser muy sabio para entender que la camada superior de la atmósfera es el filtro que descompone los rayos solares en luz, color, calor y sonido. Desafortunadamente ese filtro se ha descompuesto debido a las explosiones atómicas. Antes de poco, ese filtro no podrá descomponer las vibraciones solares en luz, calor, color, sonido. Entonces el sol se verá negro y la luna roja como la sangre.
Por otra parte, la involución ha llegado al máximun, ya no hay padres para los hijos, ni hijos para los padres. Espantoso es lo que pasa entre padres e hijos en todos los rincones de la Tierra.
Se ha perdido la vergüenza orgánica. El intelecto se ha degenerado, etc., etc. Por donde quiera sólo se ve llanto y crujir de dientes, como dicen las Sagradas Escrituras. Mas no quiero volverme lúgubre, ni lo hago con el deseo de espantar a nadie, sólo quiero que reflexionemos de verdad y muy juiciosamente.
¿Qué fue de las buenas costumbres?
¿En qué quedó la vergüenza orgánica?
¿Porqué el intelecto se puso al servicio del mal?
Miremos a nuestro alrededor todo lo que sucede.
Indubitablemente, la humanidad se encuentra gobernada por los intelectuales, en todos los ámbitos de la Tierra. ¿De qué ha servido? ¿En qué estado se encuentra la humanidad?
Hay caos, hay anarquía y esto ustedes no lo pueden negar.
Así pues, reflexionemos. ¿Somos nosotros acaso felices? ¿Quién podría hablar de felicidad en esos tiempos?
Entonces nos encontramos ante nosotros mismos, abocados a nuestro propio destino, enfrentados ante el dilema del ser y no ser de la filosofía, Ha llegado la hora, pues, de reflexionar profundamente: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Para dónde vamos? ¿Cuál es el objeto de la existencia? ¿Por qué vivimos? ¿Y para qué?
Vivir así, comiendo, bebiendo, reproduciéndonos, resulta en el fondo bastante aburridor, hasta insensato, diríamos. Obviamente, nos encontramos en los tiempos del fin.
Cuando miramos a la Tierra con sus 4 estaciones, entendemos bien que nuestro planeta Tierra gira alrededor del sol en 365 días, con algunos minutos y fracciones de segundo. Esto se llama año terrestre y tiene cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno.
No podríamos negar que existe también el año sideral, el año cósmico. Nuestro sistema solar de Ors, en el cual nos movemos y tenemos nuestro ser, viaja alrededor del cinturón zodiacal en 25.968 años. Este viaje del sistema solar alrededor del cinturón zodiacal es lo que constituye un año sideral.
El año sideral, así como el año terrestre, tiene cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. la primavera del año sideral es la edad de oro, donde la vida es un verdadero Edén. La humanidad sale perfecta de entre las manos de su Creador, gobiernan las jerarquías solares y por doquier bulle y palpita la felicidad.
En el verano o edad de plata del año sideral, palidece un poco este esplendor primigenio. Continúan las jerarquías solares gobernando un mundo sin fronteras, un mundo donde sólo hay paz y amor.
En el otoño, la edad de cobre del año sideral, la humanidad comienza con sus fronteras y sus guerras, con sus odios y sus crímenes. Mas en el invierno, en la edad de hierro, todo termina con un pavoroso cataclismo.
Nosotros nos encontramos, precisamente, en el invierno, en la edad del Kaliyuga, en la edad del hierro. Cada vez que una raza llega a la edad del hierro, al Kaliyuga, perece mediante pavoroso y tremendo cataclismo.
¿Qué diremos, por ejemplo, de la raza polar, otrora habitante del casquete polar del norte.?
Perecieron.
¿Qué diremos de los hiperbóreos, a los cuales alude Federico Nietzsche? Se dice que perecieron arrasados por fuertes huracanes.
¿Qué diremos de los Lemures ? Perecieron por lluvia, fuego y terremotos.
¿Y de los atlantes qué se ha dicho? ¿Qué dicen los libros sagrados? Realmente, todos afirman que hubo un Diluvio Universal. Fue entonces cuando los ejes de la Tierra se revolucionaron, los mares cambiaron de lecho y perecieron millones de habitantes entre las aguas del océano Atlántico.
Ahora es bueno que ustedes entiendan por qué estamos en el fin de la edad de hierro. La simbología esotérica, oculta, para representar el momento actual, pone un gran reloj de arena; está quieto, no funciona, como indicando que los tiempos del fin se han cumplido, Junto al reloj, un esqueleto con su guadaña simbolizando a la muerte.
El principio del fin de esta raza aria comenzó exactamente en la constelación de Acuario. Fue entonces cuando el sol reinició su marcha junto con todos los planetas del sistema solar alrededor del cinturón zodiacal. Una raza no dura más que lo que dura un viaje del sistema solar alrededor de las doce constelaciones. Ahora ha vuelto nuevamente a su punto original de partida.
Así pues, el año sideral está concluyendo y antes de poco habrá llegado a su fin. Los ejes de la Tierra serán revolucionados. Ya sabemos que el polo magnético no coincide con el polo geográfico. El polo norte se está deshielando, grandes icebergs se encuentran cerca de la zona ecuatorial y vienen desprendidos de los polos.
Así pues, la revolución de los ejes de la Tierra es un hecho demostrado, y que se puede comprobar con aparatos mecánicos perfectos. Añádase a eso algo insólito, quiero referirme a Hercólubus, el monstruo gigantesco que ha de tragarse a nuestro planeta Tierra.
Ya viene Hercólubus, se encuentra a la vista de todos los astrónomos del planeta Tierra, es gigantesco, poderoso, seis veces más grande que Júpiter y pertenece al sistema solar de Tilo. No es como muchos suponen, un planeta dislocado de algún sistema solar, no, no se ha dislocado, gira alrededor del centro gravitacional del sistema solar de Tilo.
Antes de poco, aquel gigantesco mundo pasará por un ángulo de nuestro sistema solar, entonces precipitará la catástrofe. En mecánica celeste, Hercólubus ayuda a verticalizar los polos, él es pieza de la gran máquina. El acercamiento de Hercólubus está a las puertas.
En el año 1999, Hercólubus estará visible ante todos los seres humanos y todo ojo lo verá, y a pleno medio día aparecerá como otro sol. Cuando Hercólubus pase cerca de la Tierra, obviamente precipitará la catástrofe. Este gigantesco mundo posee una fuerza de atracción extraordinaria.
Secuencialmente diremos, el fuego líquido del interior de la Tierra originará nuevos volcanes y, en general, el elemento ígneo hará que arda todo lo que es y todo lo que ha sido. Por eso fue que Pedro dijo: "Los elementos ardiendo serán deshechos y la Tierra y todas las obras que en ella hay, serán quemadas".
El agua hará el dúo al fuego. La revolución de los ejes de la Tierra cambiará a los mares de lecho y perecerán todos los seres humanos.
Ahora quiero que entiendan por qué estamos formando el Ejército de Salvación Mundial. Nosotros queremos iniciar una nueva civilización, una nueva cultura. Los tiempos apocalípticos del fin han llegado.
La humanidad ha rasgado seis sellos del gran libro de San Juan, cuando rasgue el séptimo sello, el fin ha llegado. Se producirá la catástrofe.
Podría objetarse aquí que muchos otros, antes, en el pasado, aguardaron el fin y que nada pasó. Yo quiero decirles a ustedes que esta vez estamos hablando sobre leyes de mecánica celeste, Si la mecánica celeste no existiera, todo el cosmos terminaría en una catástrofe.
Así como en el continente atlante hubo una raza elegida, que sirvió de base o núcleo para la formación de esta quinta raza aria que hoy habita perversamente sobre los cinco continentes, así también diré que hoy se va a formar un núcleo para la sexta raza,
Así como los atlantes no creyeron jamás al Manú Vayvasvata que los tiempos del fin habían llegado, y en vísperas de la gran catástrofe se divertían, se daban en matrimonio, bebían y comían, al siguiente día eran cadáveres. Así también diré, que lo que estoy ahora afirmando en forma enfática, no será creído por todos.
Obviamente muchos se reirán diciendo: Sobre esto del fin del mundo se ha hablado mucho, ¿y qué? Pedro mismo el apóstol se adelantó diciendo que por estos días muchas gentes inicuas y perversas dirían., ¿Dónde está el cumplimiento de tu profecía, de tu venida, si todo permanece como en los primeros días de nuestros primeros padres?
Los atlantes también se rieron de la catástrofe, en su tiempo, pero cuando la revolución de los ejes de la Tierra hizo que los mares cambiaran de lecho, se hundió la Atlántida con todos sus millones de habitantes.
Hoy nuevamente nos acercamos a otra gigantesca catástrofe. Yo, como el Manú Vayvasvata, estoy advirtiendo como en aquel tiempo advertí a los atlantes. La hora final se acerca, ya viene ese monstruo planetario gigantesco que ha de tragarse al mundo. Al hablar así, sé que muchos de ustedes ofrecen resistencia, que en secreto se ríen, mas escrito está que el que ríe de lo que desconoce está, en camino de ser idiota.
Así pues, preparémonos, la Tierra está sometida en estos momentos a una gran agonía y el fin de toda agonía se llama muerte. Cuando un enfermo agoniza, cuando presenta síntomas inconfundibles de su muerte, bien sabemos que lo que sigue es su defunción, el desenlace.
La Tierra en estos momentos está gimiendo, está agonizando. Todo indica desastre y a la larga terminará en un pavoroso cataclismo. Cuando miremos salir el sol, cada vez más hacia el septentrión, sabremos que el tiempo del fin está más cerca y nos llevará hacia la catástrofe.
Así como en la Atlántida se formó un pueblo selecto, así estamos formando ahora un pueblo selecto. Quiero referirme en forma enfática al Ejército de Salvación Mundial. Este mensaje que estamos entregando habrá de llegar a toda la redondez de la Tierra, a todos los corazones.
La Gnosis brilla ahora en Argentina, Perú, Ecuador, Chile, Colombia, Venezuela, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, ya empezó en los E.U.A. y Canadá. Hay lumisial en Santo Domingo, Tenerife y España. Antes de poco, el Movimiento Gnóstico relumbrará maravillosamente en todo el Hemisferio Occidental. Puede decirse que ya centellea por aquí, por allá y acullá. Puede decirse que ya está formado el Ejército de Salvación Mundial.
Un poco más tarde, continuaremos nosotros en Francia, Inglaterra y todos los países de Europa. Posteriormente avanzaremos sobre Asia y Oriente. Será precisamente en el continente Asiático donde la gnosis llegará a su apogeo. Esta es la primera fase de la labor de difusión.
Luego, los Hermanos encargados de esta labor nos retiraremos al silencio y meditación, hasta que esté lista la levadura, hasta que llegue la época. Momentos antes de la catástrofe, sacaremos de entre el humo y las llamas a aquellos que hayan trabajado sobre sí mismos. Aquellos que se hayan transformado, Aquellos que hayan eliminado de su psiquis los elementos inhumanos que poseemos.
Serán seleccionados, llevados a un lugar secreto, a una isla en el Pacífico, entre meridiano de longitud y latitud. Desde allí contemplaremos el duelo del fuego y el agua durante siglos.
Después de la catástrofe, la Tierra quedará envuelta en fuego y vapor de agua. A nosotros, los Hermanos, nos tocará sacar al pueblo selecto que vivirá en un lugar escogido, hasta que la Tierra esté nuevamente en condiciones de ser habitada.
Del fondo de los mares surgirán nuevas tierras y cuando un doble arco iris resplandezca en el firmamento, señal de un nueva alianza entre Dios y los Hombres, llevaremos al pueblo selecto a habitar nuevas tierras y nuevos cielos.
Así pues, que se sepa de una vez y para siempre, que la raza aria, que hoy perversamente puebla la superficie de la Tierra, va a perecer, va a ser destruida. De todo esto que se ve, no quedará ni la ceniza. Todo será quemado, todo será sepultado en el fondo de los mares.
Creo que ahora van entendiendo el sentido del porqué de la creacion del Ejército de Salvación Mundial. Empero, no toda la humanidad nos escuchará. Tampoco se escuchó al Manú Vayvasvata en su época, se rieron de él. Tampoco se escuchó a los paladines de aquella época, la gente nunca acepta la cruda realidad de los hechos, hasta que los tiene encima. La gente siempre busca escapatorias, busca evasivas, cree que puede seguir como está, hasta que viene el fracaso.